Los escenarios de Chile y la necesidad de una nueva Carta Magna

 

fuente DW 


De verdad que tengo este blog algo abandonado; entre otras cosas porque tuve problemas con el ordenador, pero también porque me cuesta un poco andar opinando. Siendo sincero, no sé cómo hay gente que le da tanto a la opinadera, especialmente en materia política. Pero, aun así, hay cosas que quiero decir. Vamos, que ya me embarqué en esta aventura y tengo que seguir adelante.

El fin de semana, en Chile, se celebró un plebiscito que tenía como finalidad aprobar o rechazar la nueva Constitución. Después de muchos meses de campaña y demás, quienes estábamos a la expectativa nos encontramos con un resultado poco satisfactorio, que para algunos era crónica de una muerte anunciada: la Constitución no fue aprobada. El rechazo a la misma rondó el 60%. Lo que nos dejó estupefactos. A mí me sorprendió, porque resulta que todo este proceso es producto de un deseo expreso. Vamos, la propuesta no surgió por un antojo del presidente Boric, sino que ocurrió a raíz de las protestas de  los años previos. Manifestaciones violentas, que entre otras cosas sirvieron para Boric logrará la presidencia.

Ahora, nos queda una serie de pregunta ¿Cuáles son los escenarios? ¿Qué pasó? ¿Significa esto que el pueblo chileno prefiere la Constitución vieja? Lo cierto es que hace poco, hubo una nueva manifestación de la gente, y al parecer el presidente chileno los recibió. Este evento, pone en evidencia que el anhelo de tener una nueva Carta Magna está allí. Yo, como persona y profesional, consideró que el Chile actual necesita una Constitución ajustada a los nuevos tiempos y realizada en el periodo actual, el democrático. Con ello, a mi juicio, podríamos decir que todo el episodio de la transición de la dictadura a la democracia ha sido cerrado. Una nueva Chile, una república chilena con una Constitución hecha a su gusto.

Tomando en cuenta eso, el presidente debe seguir adelante. Según he leído en varios medios, especialmente en la BBC Mundo, los escenarios son varios, estos van desde no hacer nada, realizar una reforma parcial a la Constitución del 80, reescribir la actual o convocar a una nueva Convención. El panorama es poco halagüeño, pero la lucha debe hacerse. Un amigo, chileno por cierto, me comento que es muy probable que aquellos que gobierna en el fondo a Chile, hagan todo lo posible para que esto no prospere. Y, por otro lado agregó, que la pelota está ahora en la cancha de los grupos de centroderecha, con quienes los sectores de izquierda y el presidente tendrían que negociar para llegar a un nuevo proceso. Porque, es obvio que los sectores más extremos están celebrando.

Bien, en lo que respecta a la pregunta de ¿Qué le pasó a los chilenos? ¿Por qué echaron para atrás el proceso? La respuesta más sencilla se encuentra en el hecho de que no todo el pueblo estaba conforme con la redacción del texto. La inclusión de tópicos polémicos como el aborto y la eutanasia serian dos buenas variables que disuadieron a muchos. En teoría, también muchos han dicho que la mayoría de los chilenos no se sientes identificados y representados. Diversas fuentes alegan, que no se escucharon a todos los sectores, en especial cuando se trató de los tan mentados temas polémicos.

Por último, creo que el presidente Boric debe mantenerse en la lucha, ya sea por una revisión del texto actual, lo que conllevaría a un debate y una nueva discusión. O puede jugarse la carta de una nueva Convención y por ende crear un texto nuevo. Lo que si no puede permitirse el actual presidente es dejar que pase mucho tiempo. Porque, es muy probable que mientras más tarde en dar con una decisión los otros factores puedan dar un giro de timón y adiós luz que te apagaste: no hay Constitución nueva, nos quedamos con la vieja.

Si ese escenario se concreta, Boric pasaría de ser un presidente joven, y por ende una sorpresa, a ser un pie de página en la historia de Chile. Así las cosas “la nueva izquierda” pasarían a ser solo un punto y coma en la historia ideológica de la región. Pero, a mí hay algo que me preocupa más que el hecho de que el actual presidente termine quemado en su debut y despedida, es el hecho de que hay un descontento de fondo, una demanda que debe ser satisfecha y que de no serlo, seguirá hirviendo allí, bullendo y algún día, de pronto explotara con más fuerza que la última vez. Espero, ningún mentecato, tanto en Chile como en Venezuela, le eche la culpa a los factores de poder de estos últimos, porque el problema en realidad se lo habría buscado las élites políticas chilena. Nada de quinta columna venezolanos.

En fin, nos queda esperar y ver que hará el presidente la nación austral. Esperemos que lo mejor para su pueblo.

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