Lula is back 2: ¿Ahora es personal?

Fuente: BBC  Mundo 


Ya se calmó la situación en Brasil. La tensión ocasionada por el silencio de Bolsonaro con respecto a la victoria del PT el domingo fue tomado como un reconocimiento de facto. Al día de hoy, ya varios medios comienza a reseñar como se está preparando todo para la transición de gobierno que se concretará en enero del 2023.

Lula ha ganado al liberal Bolsonaro en unas reñidas elecciones, donde la diferencia ha sido sustancial, pero no abismal. Poniendo el dedo en la llaga y señalando que hay una buen parte de dicho país que no está de acuerdo con el ganador. Aun así, Brasil sigue adelante y Lula ha prometido que en el 2023, cuando inicie su tercer mandato, gobernará para todos los brasileros.

No conforme con ello, no hay que cantar vítores, pues las elecciones no solo han sido de presidentes. También se realizaran las de gobernadores, donde el partido de Jair Bolsonaro consiguió suficientes fichas. Pero, en líneas generales podríamos decir que el escenario, para Lula es favorable. Ahora, en este tercer periodo tendrá muchas cosas que hacer, y muchos obstáculos que superar, empezando por la sombra que pende sobre el por lo casos de corrupción. Otra cosa que tendrá que manejar el presidente será resolver los entuertos que causó el saliente Jair y cumplir las cosas que este no cumplió. Además de cumplir sus propias promesas electorales.

Ahora, más allá de todo esto vale la pena preguntarse ¿Qué significa la victoria de este candidato para la región? Bueno, es un evidente giro del péndulo. Pero, curiosamente estamos ante un momento interesante, porque si bien la presencia de presidentes izquierdistas o progresitas en la región ha aumentado, lo cierto es que nos encontramos frente a un nuevo tipo de animal político. Estos candidatos de izquierda son de la misma izquierda de antaño, aunque tengan cierto abolengo. Forman parte de una nueva caterva, con valores y conductas diferentes. Y en algunos casos como Chile y Colombia, están haciendo acto de presencia en entornos ligeramente hostiles.

Es cierto que en Chile ya ha habido otros presidentes izquierdistas, pero ninguno se había lanzado una aventura como Boric —sí me refiero a lo de la Constituyente y todo eso—, y en el caso de Colombia, que es un Estado tenido por conservador la presencia de Petro fue todo un batacazo. Ahora, Lula podrá adaptarse a estos nuevos interlocutores. Yo creo que sí. De los presidentes de la ola izquierdista de principios de este siglo, Lula y Dilma siempre fueron moderados si los comparamos con Chavez, Evo, los Kischner y un largo etcétera.  

Ahora el dilema es ¿Cómo será la relación con Venezuela? Es evidente que, como pasó con la victoria de Petro, la élite política venezolana espera una solidaridad inmediata con ellos. Pero, si hacemos memoria con el presidente de la neogranada, esa solidaridad está llegando a su ritmo y en los términos de Petro, por lo tanto, es muy probable que Lula se tome su tiempo para hacer guiños de ojito al gobierno venezolano… al menos algún guiño significativo. Y por otro lado, pensar en un actitud hubo en la época de Chávez, es una ingenuidad. En cuanto a la oposición, bueno eso es ya una entelequía, una suerte de momia que se mueve de una lado a otro soltando polillas y polvo. 

Los tiempos han cambiado, toca esperar y observar. 

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